Tu propia narrativa (7): Las preguntas que muchos se hacen…


…y pocos quieren contestar.

El disclaimer obligatorio: como otras entradas en esta serie, cuestionaré muchos aspectos de la cultura actual, incluyendo las relaciones de pareja, el efecto de la TV y demás. Eso no es equivalente a decir que «antes se vivía mejor» ni chorradas de esas, del mismo modo que las entradas anteriores no son un «Facebook es malo.» Si en algún momento te da esa impresión, vuelve aquí y relee esto despacio. Sigue los renglones con el dedo, si es preciso.

Ah, donde digo «TV» me refiero a toda la influencia de la cultura popular: películas, literatura de gran consumo, cine, videojuegos, lo que se quiera.

Desde que empecé esta serie, he recibido varias preguntas de diferentes personas, acerca de esta serie. Algunas tienen fácil respuesta, otras no. Algunas son de personas cercanas y amigos, otras de desconocidos que leen el blog. Más o menos, vienen a decir (parafraseadas para preservar el anonimato):

Querido Imperator. Estoy leyendo tus descripciones sobre el narcisismo y me aterra pensar que encajo en ellas. Parece que no consigo conectar con los demás. ¿Soy un narcisista?

El narcisista se siente alienado. Siente que no puede hacer conexiones reales con otras personas, y cuando lo intenta le parece irreal, como si tuviera un guión. La gente a su alrededor parece tener emociones genuinas, son felices, se enamoran, se enfadan, sienten culpa, pero los narcisistas sienten que lo están fingiendo.

Narciso
Narciso, mírame cuando te hable. ¡NARCISO!

El narcisista dice: yo soy diferente. No soy como las demás personas, que son simples autómatas, arrastrándose hacia el olvido.

Pero no termina de estar satisfecho. ¿Es ese tu caso?

Imperator, eres un capullo obsesivo. No puede ser que le eches la culpa de todo al narcisismo. ¿Por qué te ha dado ahora por ahí?

Puedes no interesarte por la cultura popular, pero la cultura se interesa por ti. Y la gente a tu alrededor. Y esa gente bebe, come y respira esa cultura, y con la tecnología el cambio puede ser aún más acusado. Así que sí, creo que merece la pena hablar sobre ello.

Aparte, está el viejo argumento de que nadie te obliga a leer esto, e Internet es muy grande.

Imperator, yo quiero cambiar. Quiero ser mejor.

El narcisismo dice yo, yo, yo, mi, mi, mi. Nunca dice tú, vosotros, ellos.

Nadie me dice nunca: Creo que soy un narcisista y me da miedo hacer daño a mi familia. Nadie me dice: Soy muy controlador y celoso, y trato de manipular a mi pareja para que no vea las cualidades de otra gente. Nadie jamás me dice: A menudo me enfado de manera irracional con la gente a mi alrededor, no siento culpa, sólo vergüenza, y cuando alguien expone que tengo un defecto, alguien descubre que no soy quien digo ser, tengo que destruirlo, rebajarlo, hacer que se sienta peor que yo para que no pueda mirarme por encima.

Si alguna vez alguien me dijera eso, le diría que el cambio está justo al alcance de sus dedos. Pero no.

Entonces, ¿está todo perdido?

Haz este ejercicio. Descríbete a ti mismo, tus rasgos, cualidades, buenas y malas. NO uses en ningún momento el verbo ser. Practica esto, y empieza a pensar en lo que haces, y no en lo que crees ser.

En vez de preguntarte «¿por qué me siento desconectado de los demás?» haz la pregunta opuesta. «¿Cómo me sentiría si no estuviera desconectado del resto, tuviera una conexión real con una persona?» Sé específico, dilo en voz alta. Venga, tómate tu tiempo. Piensa. ¿Cómo te sientes cuando conectas con otro ser humano? Estaré esperando.

Déjame adivinar: no tienes ni idea.

Todo lo que tienes son algunas ideas desmadejadas, imágenes fugaces. Nada concreto. Algunas palabras o frases sueltas, trozos de una conversación que has escuchado por ahí o te has imaginado.

Imagina 2 personas, reales o de la TV, que están enamoradas. Elige dos personas cuyo amor querrías emular. Imagínalos besándose, mirándose a los ojos. Imagínalos haciendo el amor.

Tú querrías tener algo así, pero no lo tienes, y cada vez que lo intentas conseguir es un fallo. Esta es la razón: ¿imaginas a gente real o personajes de TV?

Los años 80 nos dijeron que la tele es mala. Por supuesto, es la Primera Ley de Newton: un cuerpo se mueve en la dirección de la fuerza que le impulsa hasta que se le opone otra fuerza. Es física, o sea que es verdad.

Mal. ¿Dónde han aprendido estos narcisistas sobre el amor? Lo aprendieron de la TV, o de la generación de adultos con mayor tasa de rupturas y divorcios de la historia. Pudieron aprender moral de la TV, o de la generación con la tasa de nacimientos de la historia. Podían aprender moralidad de Barrio Sésamo o de una generación de padres que… pilláis la idea.

Los padres de la actual generación de narcisistas (que incluye la mía, claro), no tenían tiempo para esas lecciones. Para enseñarnos esas cosas. De modo que, para sentirse como padres que hacen su trabajo, se preocuparon de que ver demasiado sexo por la TV convertiría a todo el mundo en zorras.

Eso no ocurrió, me he pasado muchos años verificándolo. Lo que sí ocurrió es que una generación de hombres empezó abiertamente a desear y a querer zorras, y una generación de mujeres aprendió a fingir que eran zorras. Piensa una cosa: es el momento en que las mujeres empiezan a pretender ser más desinhibidas de lo que luego son, no más puras de lo que son (que era la tónica anterior).

Así que los papás tenían razón: la TV puede influenciar a los críos. Pero no como ellos piensan. Pero espera – ¿puede la TV ser tan poderosa? No, claro que no. Pero no hace falta mucha fuerza para empujar a un crío envuelto en plástico sobre una placa de hielo. Y esa es la situación en la que nos encontramos nosotros, la generación después de nosotros, y nuestros hijos.

Hay quien me pregunta: «¿por qué esa preocupación por la cultura popular?» Porque es toda la cultura que muchos de nosotros hemos recibido por más de 30 años. En América es aún peor.

¿Ahora qué?

La TV te enseñó cómo amar, cómo se ve el amor, cómo se siente. Pero cuando estás enamorado no es así, de modo que sospechas, en secreto, que no tienes esa capacidad. Que pasa algo malo contigo.

Lo mismo pasa con la tristeza. Y  aún peor cuando estás en presencia de la tristeza de otro, no tienes idea de qué hacer. Todo lo que sabes acerca de experimentar esas emociones viene del guión que te dio la TV. «¿Tu padre ha muerto? ¡Oh, cielos, es terrible! ¡Lo siento tanto!» Pero no sientes nada de eso. Nada.

Así que piensas, ¿qué pasa conmigo? El padre de mi amiga ha muerto – sí, puedo fingir pesar, ¿pero soy un monstruo tan vacío que no siento nada?

Claro que no sientes nada, coño. ¿Por qué ibas a sentir? No es tu pérdida. Lo que está mal no es tu falta de emoción, si no que crees que debes sentir algo, que debes decirle a tu amiga lo terrible que es su pérdida, que debes recordárselo. Crees que la única manera de conectar con la gente es sentir sus mismas emociones, porque esa es la idea de empatía que vende la TV. Crees que ella quiere conectar contigo porque todo gira en torno a ti. Crees que quiere tu ayuda.

Lo que tendrías que decir es «Lo siento mucho. ¿Hay algo que pueda hacer?» y ya está. Pero eso parece insuficiente. Crees esto porque crees que eres el protagonista y debe haber algo que puedas hacer, que si la tristeza no es real para ti no es real para ella y por tanto tienes el poder de cambiar la situación. Te equivocas.

Ella no quiere que estés triste, ella no quiere que hagas nada. Su pérdida es mayor que tú. Si necesita algo de ti es simpatía, no empatía. Pero nadie te enseñó esto. Así que recurres al personaje «hombre ayudando huérfana que sufre.» ¡Acción!

Y el problema tampoco es que no sepas cómo conectar; es que cuando conectas, no sabes qué hacer después. Eso se debe a tus expectativas irreales de lo que es conectar. Porque la TV siempre es acerca de principios y finales, no de lo que ocurre en medio. Y te pasa igual con el amor. El amor que sientes no se parece al de la TV porque el de la TV es el de los tres primeros días de enamoramiento, copiado y pegado en una década de episodios. Pero como no tienes referencias, después de un año real (o una década real) examinas tus sentimientos y te dices «Ya no estoy enamorado.»

¿Por qué el inicio de Up es tan conmovedor y hermoso? Porque cuenta una historia completa, con altos y bajos, una historia real y humana con la que seres humanos reales y sanos pueden relacionarse. Incluso si no sigue el canon hollywoodiense. Son lágrimas por compartir emociones genuinas. Yo eché un montón de lágrimas en esos primeros minutos.

Up, de Pixar
Un modelo que se ha perdido, me temo.

Estás tan inseguro de tu propia identidad que no sabes qué se supone que deberías sentir, si deberías sentir algo y cuándo deberías sentirlo. Es el mismo problema que tiene un actor ensayando un personaje. Quieren hacerlo perfecto – ¿sentiría esto Hamlet? ¿Cuál es su motivación? Del mismo modo te preguntas: ¿debería yo – la persona que pretendo ser – sentir esto?

El narcisismo es como ser actor de método todo el rato

La culpa no es de la TV, es de los adultos.

El problema no es la TV, es la ausencia de adultos, adultos de verdad que se toman en serio su responsabilidad con la siguiente generación, que lideran no con palabrería políticamente correcta, sino mediante la conducta. Adultos, que, incluso si se sentían miserables, incompletos, o aislados, tenían la decencia de hacer lo que estaba bien porque eso era lo que sus hijos aprenderían. Adultos que no entendían que había alguien más en la película, alguien cuya propia película dependería mucho de lo que aprendieran de ellos.

Empatía

Nur mató un mosquito el otro día. Se sentía mal por ello. Lo mató porque la picó, le dolió y ella no es el Dalai Lama. Ella es una mujer que no quiere dañar a los animales, pero a veces mata mosquitos porque le duele. Ya está.

El narcisista dice «Sólo es un bicho.»

La solución que no le va a gustar a nadie.

«Siento que represento un papel, no parece real.»

En vez de intentar dejar de interpretar un papel – lo cual es, de nuevo, un movimiento cuyo objeto es tu propia felicidad – intenta interpretar un papel cuya meta sea la felicidad de otros. ¿Por qué no hacer el papel de la pareja cariñosa, que pone a la otra persona en primer lugar? ¿Por qué no hacer el papel de alguien que no miente a su pareja?

«Pero eso es deshonesto, me estaría engañando a mi mismo.»  Tu pareja no lo sabrá y no te preguntará ¿así que…? Además, ya representas un papel que hace sufrir a los demás para gratificarte a ti mismo. Finge. Finge el tiempo suficiente para que sea un hábito, y entonces será verdad. Esa es la clave, porque como vimos en aquella primera entrada, nuestra identidad es en buena medida aquello que nos decimos que es.

El narcisista demanda absolutos en todas las cosas – relativas a sí mismo.

¿Y qué hacemos? Esto no va conmigo.

Por un lado, la clave no es dejar de actuar, abandonar el hábito. Es mucho más fácil adoptar un nuevo hábito, incompatible con el anterior.

«¡Yo tuve unos padres geniales! ¡Esto no va conmigo!»

Lo siento, Leónidas, os superaban en número.

Los mejores padres no pueden vencer del todo la aplastante influencia de todo el mundo, de los padres de todo el mundo, de la TV, la prensa, de una cultura que dice por sistema y sin comparar que las ideas antiguas eran todas deleznables, que ahora sabemos más cosas y que estamos al final de la historia, que todo es diferente desde ahora.

Ninguna cultura puede diagnosticarse a sí misma.

18 años de los mejores padres no pueden vencer la moralidad – o falta de ella – que hay en cada programa de TV, presentada como verdad fundamental, incontrovertible, conocida por todos.

¿Qué pasa con la nueva generación, los de 25 o menos?   Si el problema es la influencia (sin oposición) de la cultura popular y la TV, la solución podría ser una influencia de signo opuesto.

Es signo de los tiempos que me sienta algo nervioso cuando estoy a punto de recomendar «los clásicos», porque me suena artificioso y pretencioso, pero algo que ha resistido el test del tiempo, y no es algo creado para consumo inmediato de la actual generación de narcisistas, es un buen lugar para empezar. Incluso si algunos de esos clásicos no te gustan.

Haz lo contrario de lo que los narcisistas hacen. Los narcisistas acumulan datos triviales (otro día hablaré de cómo los frikis hacen mucho esto) de los que no tienen experiencia real. Los narcisistas quieren saber lo justo para fingir que saben. Leen lo justo para construir una falsa identidad, así que leen libros sobre libros, pero no leen los libros.

Quizá es mi sesgo contra los gafapastas.

Al menos leer te saca del marco cultural que los antiguos adultos (hoy casi ancianos) crearon para ellos, y que tienes que resistir por defecto. Y si eres mayor no te hará daño, tampoco.

Así que ya tienes dos remedios, si crees que puedes ser un narcisista: abandona la idea de quién eres, y pon tu atención en aquello que haces y a quién aparte de ti afecta esto. Y busca un marco cultural alternativo para recibir ideas nuevas. Los clásicos son un buen comienzo.

No es psicoterapia, pero es un inicio. Recuerda: aunque no te interese la cultura popular, tú si le interesas a ella.

En nuestra próxima entrada: Tengo dos artículos a medias, elegid cuál en los comentarios. Los dos son sobre cine: uno trata de por qué el porno no tiene la culpa de que ahora las mujeres tengan más deseo que sus maridos (Sexo en NY sí), y el otro trata sobre por qué lo malo del cine de acción no es la violencia (y cómo Matrix tiene la culpa de todo).

12 comentarios en “Tu propia narrativa (7): Las preguntas que muchos se hacen…

  1. Matrix no tiene la culpa de nada, es una trilogía excelente. Así que si te quieres meter con algo que sea con «Sexo en Nueva York»: no la he visto y así, tu artículo me resultará, cuando menos, informativo.

    Saludos.

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  2. Matrix, realmente, no tiene la culpa de nada salvo quizá de ser muy muy mala. Pero es interesante porque es la culminación de un ciclo, el no va más del narcisismo en cine.

    Contaré tu comentario como un voto por el porno 🙂

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  3. Lo que maté el otro día fue una cucaracha. Salió del cajón cuando metí mano ahí, fue casi un reflejo. El bicho solo andaba por ahí, cucaracheando. Pero es que yo soy una blanda.

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  4. No sé si tiene que ver con el narcisismo o con que la masa como tal es borderline pero respecto a no empatizar con penas o tristezas, en mi experiencia lo normal es que si de alguna manera lo haces saber (a otros, no a la persona implicada), te tratan como si fueras un monstruo insensible.

    Porno, Matrix mola y no quiero ver cómo la despedazas 😛

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  5. Llego de rebote desde otro blog, así que no he leído la serie de artículos completa, pero no puedo evitar sentir el soniquete «la culpa es de los padres/la sociedad».

    Dices que no buscas evocar un pasado supuestamente mejor pero utilizas como ejemplo a los adultos del pasado, cuando ellos también transmitieron con sus actos virtudes y defectos, igualito que ahora. Ninguna generación aprendió de sus padres cómo hacer amistades, enfrentarse a una relación duradera o resolver conflictos. Como mucho observó o le inyectaron en vena una serie de mantras sobre «lo que está bien», que para nada tenía porque estarlo. Los hijos conviven forzosamente con la realidad y valores de su familia, lo cual no significa que los asuman al llegar a la edad adulta; conflicto generacional lo llaman.

    Respecto a la televisión, el ejemplo visto en casa suele justamente contradecir el de las películas, una pista bastante buena sobre la credibilidad de los príncipes azules. ¿Acaso nuestros padres y abuelos -divorciados o no- parecían constantemente felices, o en cambio discutían con frecuencia?, ¿nuestros hermanos mayores luz y guía o collejeadores natos?, ¿nos regalaron un coche al cumplir 18 o tuvimos que currar haciendo hamburguesas? (bueno, algunos no)

    La desenvoltura social y emocional se aprende viviendo y no todas las personas reaccionan de la misma manera ante determinadas situaciones. En el ejemplo que has puesto del fallecimiento del padre de una amiga dices cual sería, a tu juicio, la forma «correcta» de reaccionar y sentirse, pero es exactamente eso, un juicio de valor. La reacción la marcará el protocolo social del momento (y ahí la influencia de la TV o los modelos de conducta que hayamos tenido es indiscutible) pero la emoción -si la procesión se lleva o no por dentro y cómo se lleva- es variable. A lo mejor tu padre también falleció recientemente y te resulta inevitable ponerte en su piel, o quizás nunca has vivido una muerte en tu entorno y la mera idea te horroriza o te resulta incomprensible. Igual simplemente desconoces el protocolo y sientes vergüenza por equivocar la palabra adecuada en un momento que sabes delicado para el otro. Ninguna de estas opciones significa que padezcas algún tipo de carencia, mal narcisista o empacho de melodramas. E incluso si así fuera no veo necesidad de «corrección conductual» mientras no resulte dañina.

    Bueno, y paro ya que me van a dar las uvas. Voy a curiosear por el blog.

    PD: Me ha gustado esta frase…

    Los narcisistas quieren saber lo justo para fingir que saben. Leen lo justo para construir una falsa identidad, así que leen libros sobre libros, pero no leen los libros.

    …y me ajusto las gafas de pasta para recordar otra en la misma línea del siempre friqui Terry Pratchett en Carpe Jugulum:

    El problema de los libros que hablan sobre el mundo es que suelen estar escritos por gente que sabe más sobre libros que sobre el mundo

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  6. Hey Farándula, bienvenida. 🙂

    Como ya dije en el disclaimer, esto no es una serie sobre «cualquier tiempo pasado fue mejor.» Para empezar, porque creo que vivimos en la mejor época de la humanidad en su historia.

    Mi análisis es: si las generaciones actuales tienen un narcisismo rampante, ¿quiénes son responsables? La sociedad dice: «la TV» a la vez que inflan a los críos de ver TV en vez de cuidarlos y transmitir valores acerca de los demás, de enseñarle a los críos de que no son el centro del mundo.

    Y te equivocas: antes los críos aprendían a socializar porque pasaban más tiempo con los adultos, y los adultos tenían muchas más interacciones sociales. Ahora la TV e Internet se lo comen todo.

    Tu definición de conflicto generacional no es exactamente correcta porque, como la adolescencia, es un invento muy reciente. 🙂 Una cosa es el conflicto generacional que, hasta donde sabemos, existe desde el día 1 de nuestra especie, que es: Papá / Mamá, quiero tener mi espacio y hacer lo que quiera sin tu dirección.

    Otra cosa es el conflicto del tipo «Papá / Mamá no sabe nada porque es viejo y todo lo viejo es caduco e inútil y además YO SOY ESPECIAL Y UN DÍA TODOS OS DARÉIS CUENTA PORQUE EL CINE LO DICE.»

    La desenvoltura social y emocional se aprende viviendo y no todas las personas reaccionan de la misma manera ante determinadas situaciones.
    Eso es, si me lo permites, una obviedad. Y además te diré que hay maneras adecuadas e inadecuadas de reaccionar. En el ejemplo del luto, no hago un juicio de valor. Ese es un no-argumento muy típico cuando lees algo que no te gusta.

    ¿De verdad afirmas que tú puedes sentir el dolor de una amiga que ha perdido a su padre, al que no conocías? Claro que no puedes. Ves a tu amiga pasarlo mal y te gustaría ayudar, pero no puedes porque su dolor es, en ese momento, inabarcable. Y porque tú no eres ella. No puedes sentir lo que ella siente porque no eres ella, no tienes sus experiencias, su personalidad, su bagaje. Incluso si has tenido una experiencia reciente, sólo puedes aproximarte porque tú eres muy distinta.

    El narcisista cree que hay un guión y que debería ser capaz de empatizar perfectamente con la otra persona porque eso es lo que la cultura dice. Y cuando no lo hace – que es lo normal – se siente un fraude.

    Hace dos años murió la madre de mi pareja, de Nur, de manera totalmente súbita e inesperada. Yo aún no vivía con ella, de hecho ni vivía en Barcelona. Lo único que pude hacer fue dejar todo, coger un AVE, venir aquí y estar a su lado. Y decir «lo siento mucho, ¿hay algo que pueda hacer?» Y lo único que hacer era estar ahí, y eso hice.

    Yo no puedo pretender haber sentido lo que ella. No conocía a su madre, salvo 2 breves encuentros. Ahora, 2 años después, si su padre sufriera un percance yo lo sentiría genuinamente porque es una persona a la que conozco y estimo. Pero en aquel momento su madre era una desconocida que había fallecido. Yo lo sentía por Nur.

    La gente en estas situaciones no necesita muestras histéricas de una empatía que los otros no pueden sentir. Necesita simpatía, acompañamiento, y en ocasiones, espacio. Necesitan que les ayuden y faciliten pequeñas cosas. No necesitan a alguien siguiendo un guión y sintiéndose preocupado sólo por si estará haciendo bien su papel.

    Sí que hay maneras correctas de ayudar en un duelo, y sí están bien establecidas. Hay abundante literatura en Psicología (la de verdad, no el Cosmopolitan) que lo atestigua.

    Buena cita de Prattchett, por cierto 🙂 La habría usado si la hubiera recordado.

    Siéntete bienvenida.

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  7. si las generaciones actuales tienen un narcisismo rampante, ¿quiénes son responsables? La sociedad dice: “la TV”

    La teoría del narcisismo que planteas es una traslación al ámbito individual de lo que en el ámbito social y cultural se ha llamado posmodernismo: individualismo exacerbado, falta de referentes universales (la caída de los Grandes Relatos, blablabla…) y falta de originalidad, sometidos a referencias que apuntan a otras, todas ellas ficticias (y ahí entra la TV, cómics, literatura de género etc… curiosamente a los clásicos los salvan de la quema, como si los libros de caballería no fueran también alienantes).

    Lo mosqueante es que tal posmodernismo es usado de forma que lleva implícito una valoración negativa, teniéndose prácticamente como un insulto en vez de como mera descripción.
    Siempre he pensado que psicología debería estar ahí para describir con el mayor rigor científico posible una realidad -sin entrar a juzgar moralmente su contenido- e intentar resolver los problemas que esa realidad pueda causar a las personas. De ahí a decir que por simplemente responder conforme al signo de los tiempos tienes un problema (crear un complejo) y debes solucionarlo (gracias a tu guía), así en plan porque yo lo valgo, me parece más propio de la autoayuda que de la psicología (perdona la pulla, ya he visto que no parece gustarte esa literatura, pero es que lo de insinuar que soy una chica cosmopolitan ha sido una puñalada muy fea). Y si encima la solución consiste en cambiarse la careta por otra más amable (en vez de directamente no llevar ninguna) y leer a los clásicos (que tampoco es precisamente descubrir la pólvora). Pues que quieres que te diga…

    Y te equivocas: antes los críos aprendían a socializar porque pasaban más tiempo con los adultos, y los adultos tenían muchas más interacciones sociales. Ahora la TV e Internet se lo comen todo.

    Sobre que no haces un juicio de valor: no estás diciendo 2+2=4, no lo demuestras ni aportas datos que te avalen y además contradice mi experiencia, la de mi familia y la de los libros que he leído. Antes no había TV, pero los niños tenían 8 hermanos y era con ellos con quién pasaban el tiempo, no con los adultos. Al menos así me lo han contado quienes lo vivieron. Tú haces la afirmación, tu aportas la carga de la prueba.

    ¿De verdad afirmas que tú puedes sentir el dolor de una amiga que ha perdido a su padre, al que no conocías?

    ¿Cuándo lo he dicho? Simplemente digo que, si es una obviedad que todos sentimos y actuamos de forma diferente ante una misma situación, entonces también es una obviedad que no deberían existir recetas rígidas, salvo que consideres dañina la variedad. Y hablo, retomando el ejemplo, desde la perspectiva de lo que el amigo siente -que se supone que es sujeto del análisis y quien se siente desasosegado por ese sentimiento o ausencia de él- no desde su respuesta externa que puede ser completamente distinta y está sometida a un protocolo social que no viene sólo de la TV como afirmas. ¿O no han existido desde siempre las «plañideras», pagadas para montar un drama porque se creía -y se sigue creyendo- que, cuánto más gente y más fuerte llorara en tu entierro, más importante era el muerto?.

    Por otra parte, no sé a qué entierros has ido, pero yo no veo esa actitud tan exagerada.

    Sí que hay maneras correctas de ayudar en un duelo, y sí están bien establecidas. Hay abundante literatura en Psicología (la de verdad, no el Cosmopolitan) que lo atestigua.

    No seré yo quien te lo niegue, pero nuevamente, quiero datos. Seguimos con las obviedades: no se consuela igual a un ferviente creyente en la otra vida que a un ateo. Cuando murió mi padre hace muchos años estaba hasta el moño de la gente que venía a mostrarme su apoyo y simpatía y preguntar qué podían hacer por mí, y yo tenía 14 años, quizá con 20 hubiera sido diferente. Lo que quería es que me dejaran respirar un poco. En el funeral hubo quien lloró a mares o quien, como yo, no derramó ni una lágrima. Desgraciadamente en estos últimos años he tenido que asistir a muchos funerales de padres de amigos y he visto de todo. En uno el consuegro reciente del muerto, sin apenas trato, lloró muchísimo. Y dándole vueltas al tema me di cuenta de que el fallecido tenía exactamente la misma edad que él. Sinceramente, creo que lloraba pensando en que quizá él fuera el siguiente en emigrar al otro barrio. Y sentí más pena por él que por el muerto, que a fin de cuentas ya estaba criando malvas. Ninguna de las conductas descritas me parece censurable ni necesitada de corrección.

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  8. Hola:

    La teoría del narcisismo que planteas es una traslación al ámbito individual de lo que en el ámbito social y cultural se ha llamado posmodernismo
    Correcto. Parte de mi postulado es que el posmodernismo es un movimiento completamente narcisista que facilita la aparición de este tipo de personalidades.

    Siempre he pensado que psicología debería estar ahí para describir con el mayor rigor científico posible una realidad -sin entrar a juzgar moralmente su contenido- e intentar resolver los problemas que esa realidad pueda causar a las personas.
    Yo no juzgo moralmente la realidad. Pero esa realidad empieza a ser problemática para mucha gente que vive en ella, y la psicología entra en ello.

    Si yo describo una depresión como mala no hago un juicio moral (es malo éticamente tener una depresión) sino un juicio de las consecuencias para la persona que la padece. Que es lo que hago aquí.

    De ahí a decir que por simplemente responder conforme al signo de los tiempos tienes un problema (crear un complejo) y debes solucionarlo (gracias a tu guía),
    Ya te estás lanzando 😀

    Yo no he dicho en ninguna parte: responder al signo de los tiempos te hace un narcisista. Yo digo: el actual signo de los tiempos facilita que aparezcan más narcisistas, y creo que ocurre de este modo, por estos modelos y estos valores. Hay una diferencia sustancial, creo yo.

    Y respecto a mi sugerencia: mi sugerencia viene de mi formación y experiencia clínica. Otro colega podrá tener otra opinión, y ten en cuenta además que esto no es (ni pretende ser) una guía de detección diagnóstica y tratamiento del trastorno narcisista de la personalidad. Esto es una reflexión sobre una tendencia social que yo percibo, y no un paper académico.

    así en plan porque yo lo valgo, me parece más propio de la autoayuda que de la psicología (perdona la pulla, ya he visto que no parece gustarte esa literatura, pero es que lo de insinuar que soy una chica cosmopolitan ha sido una puñalada muy fea).
    De nuevo lees algo que no he puesto por escrito 🙂

    Yo he dicho que hay Psicología de verdad (la ciencia, que se desarrolla en publicaciones científicas y usando el método científico), y los artículos de Cosmopolitan y la psicología popular, que están llenos de tonterías. Si relees la frase, verás que no alude a ti en nada. Porque no habla de ti. 🙂

    Y si encima la solución consiste en cambiarse la careta por otra más amable (en vez de directamente no llevar ninguna) y leer a los clásicos (que tampoco es precisamente descubrir la pólvora). Pues que quieres que te diga…
    Como todo, eres muy dueña de pensar que me equivoco. Soy un profesional, pero eso no me hace infalible ni nada de eso. Es más, estoy seguro de que colegas psicólogos podrían leer esto y encontrar puntos de desacuerdo. No pasa nada.

    La psicoterapia consiste en cambiar caretas, porque los seres humanos no tenemos eso de no llevar caretas. Si una persona viene con una depresión, es porque tiene unos hábitos de pensamiento determinados. Lo que haces con ella es que le enseñas otros hábitos de pensamiento, incompatibles con los que la deprimen, y los practica hasta que se convierten en hábitos fuertes. Y entonces se da el cambio terapéutico.

    Así que sí, puede no sonar bonito pero si te obligas a pensar primero en los demás al principio es mentira, y luego cuando es un hábito, resulta ser verdad. Así es como eres. De lo contrario, el cambio terapéutico sería imposible.

    Sobre que no haces un juicio de valor: no estás diciendo 2+2=4, no lo demuestras ni aportas datos que te avalen y además contradice mi experiencia, la de mi familia y la de los libros que he leído. Antes no había TV, pero los niños tenían 8 hermanos y era con ellos con quién pasaban el tiempo, no con los adultos. Al menos así me lo han contado quienes lo vivieron. Tú haces la afirmación, tu aportas la carga de la prueba.
    Por ejemplo, un estudio de Nielsen de 2009 sobre el uso de Internet y TV en las familias americanas.
    http://www.frankwbaker.com/mediause.htm
    Los críos en EEUU pasan 32 horas semanales frente a una pantalla u otra. Y no es que sean estos locos yanquis. En el Reino Unido se han encontrado resultados similares:
    http://www.guardian.co.uk/media/2009/jan/19/internet-generation-parents
    Además de que el uso no para de crecer.

    Decir que eso no refleja tu experiencia no significa mucho. Tu experiencia personal (como la mía) es evidencia anecdótica, y el plural de eso no es datos. Es como pretender que como yo no veo TV, la mayoría de gente no pasa muchas horas viéndola. O pensar que como mis amigos y yo somos activos en Internet, todo el mundo lo es. Es incorrecto.

    ¿Cuándo lo he dicho? Simplemente digo que, si es una obviedad que todos sentimos y actuamos de forma diferente ante una misma situación, entonces también es una obviedad que no deberían existir recetas rígidas, salvo que consideres dañina la variedad.
    De nuevo lees más de lo que digo 🙂
    Ante un duelo la investigación prueba que hay cosas que funcionan mejor que otras, en general. Por supuesto, puede haber casos en los que no, pero eso está contemplado en los modelos. Si quieres una buena referencia, puedes consultar :

    Barreto y Soler (2007): Muerte y duelo, Editorial Síntesis.

    Y hablo, retomando el ejemplo, desde la perspectiva de lo que el amigo siente -que se supone que es sujeto del análisis y quien se siente desasosegado por ese sentimiento o ausencia de él- no desde su respuesta externa que puede ser completamente distinta y está sometida a un protocolo social que no viene sólo de la TV como afirmas.
    Me temo que no he entendido este párrafo.

    ¿O no han existido desde siempre las “plañideras”, pagadas para montar un drama porque se creía -y se sigue creyendo- que, cuánto más gente y más fuerte llorara en tu entierro, más importante era el muerto?
    ¿Ves muchas plañideras profesionales últimamente? Hay partes del mundo, como el Caribe colombiano, donde aún existen, pero en general no se llevan. La cultura ha cambiado.

    Por otra parte, no sé a qué entierros has ido, pero yo no veo esa actitud tan exagerada.
    Yo no he estado en Pekín y no dudo por ello de su existencia 🙂

    Y sentí más pena por él que por el muerto, que a fin de cuentas ya estaba criando malvas. Ninguna de las conductas descritas me parece censurable ni necesitada de corrección.
    No he dicho que lo sean, ni veo dónde lees eso.

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  9. Hay mucha gente a la que le parece hipócrita comportarse de manera agradable y altruista. Lo ven fingido, porque lo natural desde que nacemos reside en nuestro instinto, y el instinto nunca nos va a hacer compartir el agua si tenemos sed y estamos en el desierto.
    La gente no se da cuenta de que las cualidades altruistas las tenemos que construir con nuestras propias manos, así que lo hipócrita es, sabiendo esto, comportarte de una manera determinada aún sabiendo que no es lo correcto.

    Si fingir, vas a fingir igual.

    Muy buena la reflexión, estaba preguntándome desde hacía un par de años porqué no conectaba con las personas… pero al plantear la pregunta al revés me di cuenta de que sí, sí que he tenido un par de conexiones reales. Gracias por esta entrada! ^o^

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Di algo, anda, que no mola hablar solo.